¿Será el e-diesel el combustible del futuro?



Suena a ciencia ficción, pero ya ha comenzado a fabricarse: es el primer combustible diésel hecho a partir de aire.
Y lo que es aún más sorprendente, éste gasóleo podría ser la solución definitiva para frenar el cambio climático.
BBC se puso en contacto con algunas compañías en Alemania y Canadá que se dedican a capturar el CO2 de la atmósfera, para después comercializarlo.
En concreto, la empresa alemana Sunfire produjo en abril sus primeros lotes de este gasóleo limpio en dióxido de carbono.
Y la ministra de Educación e Investigación alemana, Johanna Wanka, lo celebró llenando su depósito con algunos litros del nuevo e-diesel.
Además, la firma canadiense Carbon Engineering acaba de desarrollar un proyecto piloto para absorber de una a dos toneladas de dióxido de carbono a diario, transformándolo en 500 litros de diésel.
El proceso necesita de electricidad, pero si estas compañías utilizan energía renovable, entonces pueden producir un diésel neutro en carbono.
En otras palabras: cuando tu auto quema este combustible, solamente vuelve a la atmósfera el CO2 que fue obtenido en un primer lugar.
Los combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas natural– agregan más niveles de CO2 a la atmósfera.
Y detener el crecimiento de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero se ha convertido en un asunto de vital importancia, debido a las amenazas que plantea el cambio climático.
La concentración de CO2 en el aire llegó a 400 partes por millón durante 2012 y 2013, la cifra más alta desde que comenzaron las mediciones científicas.
Entre julio de 2014 y junio de 2015, se registró la etapa más cálida, según aseguró la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) de los EE.UU.

Química elemental
El proceso químico para producir combustible a partir de CO2 no es especialmente complicado: hay que separar agua en hidrógeno y oxígeno, añadir el hidrógeno al CO2 para hacer monóxido de carbono y agua, y después añadir más hidrógeno para construir cadenas de hidrocarburos.
Este último paso es también conocido como el proceso de Fischer-Tropsch y se remonta a la década de 1920.
Sin embargo, lo que sí es nuevo son las tecnologías que capturan el CO2 directamente del aire y que ahora se están convirtiendo en lo suficientemente asequibles para poder ser viables.
"Los mayores retos tecnológicos hasta ahora fueron fabricar los hornos de altas temperaturas", dijo a BBC Adrian Corless, director ejecutivo de Carbon Engineering.
Corless asegura que "todavía queda un mes de duro trabajo para lograr obtener unos hornos del nivel que la compañía necesita".

Bebidas gaseosas
Pero además del combustible, existen otras formas en las que se puede vender CO2 capturado.
La compañía suiza Climeworks, la cual pertenecía a una universidad local, está preparando su primer proyecto comercial para vender CO2 capturado a un invernadero cercano.
Climeworks ve como un negocio a largo plazo el aprovisionamiento de botellas de bebidas gaseosas en África, Japón e islas difíciles de alcanzar, instalándose a nivel local para competir con los costos de transporte.
"Los gastos de compresión, licuado y envío del CO2 son hasta 10 veces mayores en ese tipo de lugares", explicó a BBC Dominique Kronenberg, director operativo de Climeworks.
Sin duda, es más fácil eliminar el CO2 de los tubos de escape de las plantas de quema de combustibles fósiles que capturarlo directamente del aire, ya que los tubos de escape de gas y carbón contienen un 3% y un 15% de CO2 respectivamente.
El aire, por el contrario, contiene alrededor de 400 partes por millón de CO2.
Así que, ¿por qué molestarse?
"No se trata de purificar gases de escape de calderas o de carbón. Estos tienen gran cantidad de azufre y otras moléculas que podrían ser difíciles de purificar completamente", dice Kronenberg.


Fuente: BBC
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